Mención aparte merece la batalla -esta no entre robots, sino entre miembros de la industria del cine- sobre el futuro y la viabilidad de las tres dimensiones. En el año 2005, James Cameron convenció a Bay de que se embarcase en la aventura de esta película desde la experiencia de estar gestando ‘Avatar’, y en este 2011, Bay ha llamado a Cameron para que avale -como ‘pope’ del 3D- una cinta rodada con la tecnología impulsada por el director de Titanic. Es algo más que una coincidencia o que un mero afán de rodearse de alguien con prestigio. James Cameron presume de guardar las esencias de la técnica, y Bay, como buen pupilo, arremete contra quienes incluyen el 3D únicamente en la postproducción.
No sabemos si es responsabilidad de la tecnología Cameron, pero ‘Transformers’ es un gran espectáculo audiovisual que muchos van a disfrutar con la boca abierta, sin preguntarse por el guión. Y conste en acta que comparto la alegría de ver a los secundarios en pantalla -McDormand, Turturro, Malkovich- para hacer más llevadera esa trama… que se escurre entre los dedos desde el minuto 10. Lo que tarda la película en desviarse de el interesante argumento político-científico vinculado con la administración Kennedy.
La Script
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